Capitulo 1 : La tormenta.
Estaba sentada
observando las estrellas, contemplando el sistema solar, mientras las olas del mar la acompañaban, y
el silencio no la absorbía, ya que el ruido de las rocas, contra el mar le daba
tranquilidad, estaba ahí cansada de que los problemas le quitaran la paz,
estaba cansada de que la rutina, sea siempre tan rutinaria, que su cabeza sea
tan testadura, pensaba que todo se
resumía en que era una adolescente, pero no se quedaba, contenta, se levanto por que ya sus horas se habían
desvelado mucho, y se acomodo, para irse, pero antes para despedirse, tiro una
roca al mar pidiendo un deseo, y una estrella fugaz se asomaba por el manto
negro, como si el destino le diera una oportunidad. Dejo sus marcas de los
zapatos en la arena mientras caminaba hacia su casa, entro cansada, con ganas
de dormir, abrió la puerta como
enfurecida, y la cerro, con la misma intensidad, estaba su madre mirando la
tele como era costumbre en su ámbito, paso por detrás, pero la madre jamás noto
su presencia, como si ella fuera un fantasma, subió las escaleras dando en cada
escalón sus emociones, demostrándolas con sus pies, hasta que llego a su cuarto
y se tiro en la cama a que el sueño viniera por ella, afuera soplaba un viento
como a tormenta, pero su cabeza ya no tenia ganas de pensar, entonces el sueño
le vino a rondar.
En las mañanas se despertaba y miraba por la ventana el
paisaje que dejaba las madrugadas, pero como lo había presentido la noche
anterior una tormenta se asomaba, entonces el cielo estaba de gris, lo que le traía
melancolía, las lluvias le hacían
acordar, cosas del pasado y le ponían mal, su gato negro seguía durmiendo, y parecía que no iba a levantarse, el mar se agitaba con mucha fuerza, como si
algo quisiese gritar, ella estaba distraída pensando en cuando iba a terminar
sus vacaciones, para volver a la ciudad, cuando el grito de la madre, la
sobresalto. la madre la había llamado por su nombre luna. Luna bajo las
escalaras, y de lejos podía observar el desayuno rico que le habían preparado,
unas medialunas que eran sus preferidas,
cuando se disponía a dar la primera mordida, Cristian su hermano amargo
mas su día dándole una patada por debajo de la mesa, dándole ira a luna, y dejando la medialuna en el plato mientras
se limitaba a tirar insultos en la mesa. Su madre no se entero nunca, estaba
pensando lo mucho que le hacia falta su esposo, que se había ido al mar ya que
era marinero. hacia unos cuantos meses, por lo que la madre se tenia que hacer
cargo de sus dos hijos Cristian y Luna, justo era el día que cumplían 14 años
juntos, y eso le traía tristeza. Cristian solo tenia 8 años todavía no
comprendía las cosas y por le gustaba llamar la atención, en las vacaciones
siempre molestaba a luna, ya que era la única con quien podía jugar, pero por
mas que siempre le demostraba que no la quería, el por dentro la adoraba. En
cuanto a luna, no le gustaba irse de vacaciones allí, ya que era una casa alejada del pueblo, y no
tenia contacto con otras personas estaba completamente sola con su poca
familia, todos los veranos venían al mismo lugar, y ella no podía quedarse
sola, aunque si con sus tíos o abuelos, pero prefería ir de vacaciones. Los
tres estaban con su cabeza en Marte, cuando el ruido de las primeras
gotas, termino de sembrar la melancolía
en el ambiente, y los tres se miraron tratando de encontrar en algunas de las
miradas felicidad, pero ninguno la encontró,
Luna subió las escalaras para ir a su cuarto, y ponerse a escuchar la radio, la
música era lo único que la ponía bien. Cristian, fue al comedor a jugar con sus
consolas, los vídeos juegos le quitaban gran parte de su tiempo. Mientras que
su madre leía viejos libros de su infancia, leer era una de sus pasiones y le
recordaban sus días de adolescencia.
La lluvia caía y hacia que el mar creciera como si tuviera
hambre, gran parte del día ya se había pasado y los tres estaban metidos en sus
mundos no se habían dirigido la palabra, solo hasta el momento en que se
sentaron a comer, y se pusieron a charlar, de cosas de la ciudad, ya que en dos
días volverían a viajar, lo que le daba mucha alegría a luna. Y la luna estaba
de gran tamaño, lo que daba la impresión que la tormenta era pasajera y no iba a durar mas que ese ese solo día. Ya con la noche habiendo consumiendo el
día, Luna, Cristian y la madre fueron a dormirse, cada uno a su cuarto sabiendo que aquel no había sido su mejor día. Luna estaba sentada en la cama, no podía dormir, algo
la desvelaba, quizás era el ruido de las olas que se calmaban, o quizás tan
solo era que no tenia sueño, pero al fin
y al cabo pudo recostarse y cerrar los ojos. A mitad de aquella madrugada se
levanto agitada, había tenido un sueño, el cual la había asustado, no podía
acordarse mucho de el, solo recordaba una carta flotando en el medio del mar,
por suerte no se había levantado tan temprano solo era las 9 de la mañana, miro
por la ventana, y el sol brillaba como si el ayer no hubiese existido, se
levanto de la cama se puso sus ojotas y salio a caminar por la playa, sabia que los días después de la
lluvia siempre se encontraba cosas que arrastraba el mar, camino un buen rato
pero no encontraba mas que caracolas, y piedras, hasta que vi un objeto
brillante y lo levanto, parecía una brújula, pero al abrirlo, se dio cuenta que
era un reloj, lo que la sorprendió es que parecía mojado pero aun funcionaba,
un papel parecía ocultarse tras un algodón que tenia dentro el objeto, lo saco
con cuidado y pudo leer una frase, que decía
el tiempo se agota como oro.
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