domingo, 25 de noviembre de 2012

No derrames su sangre... (cuento)


                                      No derrames su sangre…

Capitulo I
Elizabet, tenia apenas 5 años, y su tío Camiro, siempre le contaba historias de vampiros, le decía que ellos existían, y que ella era descendiente, de uno de los mas grandes de los vampiros, y siempre se lo hacia acordar. Aunque de chiquita, lo escuchaba con atención,  no entendía, ya que aun era pequeña.
Al crecer  ya teniendo sus 16 años, su tío aun seguía con las historias, y ella empezó a interesarse, comenzó a leer sobre vampiros, a ver películas, a grabarse en la mente que quizás de verdad era descendiente. La familia ante lo veía como un juego, como historias sin sentido, pero al seguir el tiempo, y Camiro seguir contando lo mismo comenzaron a sospechar que estaba loco, y lo mandaron a un internado. Ese día Elizabet se escapo de la casa, no podía soportar que todo era mentira, que su tío estaba loco, así que salio a dar vueltas, para pensar un poco sobre el tema, sin decirle nada a nadie. Ya era de noche mientras ella esperaba que por alguna razón comenzara a poseer poderes como en las películas, o que tuviera algún instinto, se miraba las manos, se tocaba los dientes por si le crecían los colmillos, miraba gente pasar alrededor de la plaza. Pero nada sucedía, entonces desistió en la idea de que quizás era verdad de que su tío estaba loco, que quizás era verdad que ella no era vampiro, y esas historias eran solo mentiras.
Era un 23 de marzo, donde Elizabet volvía de la escuela como lo hacia normalmente, era un día de nieve, lo que era raro en su ciudad, y habia mucha niebla, pero en uno muro estaba sentado una persona con una capucha, que miraba hacia una dirección sin perder la concentración, ella se acerco ya que sentía curiosidad por aquel muchacho que habia aparecido de la nada en un camino que no era muy transitado. Antes de que pudiera estar cerca y decir alguna palabra, el muchacho giro la cabeza hacia el lado de Elizabet, la miro, se reincorporo en el piso, y la saludo majestosamente dándole un beso en la mano, presentándose como Ramiro,  aunque no se conocían, y quizás Elizabet sentía algo de miedo, comenzaron a hablar sin prejuicios, hasta que llegaron a una cuadra de la casa de ella, y le dijo al muchacho, que se fuera, ya que si la veían con el le preguntarían cosas , y no tenia ganas de un interrogatorio, Ramiro sin decir una palabra se dio la media vuelta sonriendo, y se alejaba caminando ,Elizabet igual, pero al girar la cabeza para verlo por ultima vez, ya no estaba habia desaparecida, como si se hubiese ido corriendo, o desvanecido con la niebla.
Pero no fue el único encuentro que tubo con Ramiro, casi siempre en los días de niebla, o de nieve, lo veía de camino en la carretera y charlaban un buen rato, pero luego el desaparecía como si nada. Un día de sol, sin ninguna nube, sin un poco de viento un día típico de verano. Lo vio ahí sentado en el muro, siempre estaba vestido de la misma forma ,con una remera negra  con una capucha que jamás se la sacaba, y unos pantalones negros, al igual que las zapatillas. Solo se podía ver su rostro un tanto blanco, y sus ojos marrones que en las ocasiones de frío se veían como rojos. Pero ese día era completamente soleado, y al verla no pronuncio una sola palabra, solo la tomo de la mano, se saco la capucha, y Elizabet pudo ver su cabello castaño, tan suave como una pluma. La llevo por un sendero como un bosque, y le dijo que debía confesarle algo, que nadie sabia, que entendería por que no podía verlo, y estar con el todos los días. Ramiro se paro delante de ella le dijo que cerrara los ojos durante tres segundos y mirara hacia arriba, eso fue lo que hizo Elizabet cerro los ojos,  espero tres segundos miro hacia arriba y ahí estaba Ramiro subido a una rama, como si hubiese subido en un segundo. Así como estaba en la rama lanzo un salto y callo al piso parado sin ninguna complicación, la miro a Elizabet, que le observaba un poco sorprendida, y le pregunto si creía en vampiros, ella dudo unos segundos y respondió que no, el lanzo otra de sus sonrisas y contesto deberías comenzar a creer por que yo lo soy. La tomo de la cara a Elizabet y sin dejar que digiera una sola palabra le beso los labios, y así todo tan rápido en unos segundos se escabullo entre los árboles desapareciendo en un segundo. Elizabet aun no sabia si lo que habia vivido era un sueño o realidad, pero podía comprender que aquello era realidad por que sentía aun los labios de Ramiro besándola…

Capitulo II
Faltaban tan solo 2 días para uno de los momentos mas importantes de Elizabet era el baile  de fin de año del colegio. Estaba sentada repasando unos minutos para dar una prueba que tenia al terminar el recreo cuando se acerco, Mateo que era el chico que siempre le habia gustado , le regalo una rosa y le pregunto si quería ir a baile con el, Elizabet que le brillaban los ojos  respondió que si sin dudarlo, mientras le daba un abrazo. Pero esa no seria la única sorpresa que tendría en el día. Al salir del colegio alguien la tomo de la cintura de atrás, era Ramiro, pero no estaba como siempre, esta vez estaba vestido con ropa nueva, parecía alguien normal, le tomo la mano, le puso una margarita, y le dijo que sabia lo del baile, que sabia que ella tenia pareja, pero que no le importaba que ese día nada le impediría estar juntos, antes de que se fuera, le dijo que esperara, que ella no podía entender por que aparecía y desaparecía a su antojo, que quizás comprendía en la situación que se encontraba, pero no por eso debía desaparecer, que si quería algo de enserio tenia que quedarse con ella, el le comento, que no podía quedarse por que siempre lo andaban vigilando y si se enteraban que hablaba con ella pasarían cosas malas, Ramiro volvió a mirar hacia el frente, y se escabullo como siempre entre muros, paredes y árboles.
Era ya el día del baile, y solo faltaban horas, Elizabet, se planchaba y peinaba el pelo, se pintaba y se ponía bella como realmente lo era, tenia unos ojos claros que deslumbraban muchos corazones, ya estaba casi lista, solo faltaba que  sean las doce y mateo la pasara a buscar, ella se imaginaba que vendría en un auto, y irían, como si aquel auto fuera una carroza y ella la princesa, pero llegaron las doces y tocaron el timbre,  pero no era mateo si no el tío de Elizabet Camiro, y antes de decirle algo le pidió que no le contara a nadie que lo habia visto, ya que se habia escapado del internado para pedirle que no fuera al baile,  que podía ser el comienzo de algo malo, ella termino de ponerse el pendiente en la oreja, y vio que estaba mateo esperándola apoyado en un auto azul muy lindo, así que solo le dijo a sus padres que ya se iba para el baile, y ignoro totalmente a su tío, no le dijo ni una sola palabra y se subió arriba del auto.
Llegaron a la fiesta y bailo con mateo un buen rato,  hasta que llego el momento que  Elizabet mas quería, estuvieron los dos cara a cara, mirándose fijamente a los ojos y mateo la beso, la tomo de la cintura  y la beso por un tiempo. Mateo le pregunto si quería algo de tomar y ella respondió que si, ya que tenia sed, entonces mateo fue en busca de agua, mientras ella estaba en una especie de balcón sonriendo y feliz, cuando un hombre con un antifaz la saco a bailar, a Elizabet le llamaba que aquel  chico bailara tan bien, y sus ojos oscuros le gustaban demasiado,  aquel chico se saco el antifaz, y develo su identidad, aunque Elizabet se imaginaba que era el, no podía entender como habia entrado. Ramiro la tomo de la cintura y salto de lo que era el balcón, Elizabet cerro los ojos por que un miedo le recorrió por el pecho, pero en esos segundos pareció como si estuviera flotando en el aire, al tocar el suelo, le pidió que corriera hacia adentro del bosque  con el, llegaron al punto ese donde el le habia confesado que era un vampiro, y se besaron bajo la luz de la luna que los iluminaba, cuando Elizabet lo detuvo, y le comento lo que le decía su tío cuando ella era pequeña, que ella re descendiente de uno de los mas importantes vampiros, pero nunca se habia sentido, ni con poderes, ni distinta a los demás, el un sin poder acertar completamente en si era verdad o mentira lo que decía, le pregunto a ella si verdaderamente quería ser un vampiro, ella dijo que si así podría estar con el para siempre lo haría, el dudaba en morderle el cuello por que sabia cual era la realidad, así que solo le beso el cuello y disimulo en que la mordía. Mientras ella después de eso, decía que se sentía distinta, que sentía esa ádrelanina que jamás habia sentido, que tenia un instinto distinto, se sentía como si en verdad la hubiese mordido.
Capitulo III
Luego de aquel encuentro Elizabet podía, volar,  correr rápidamente, sentía   esa sensación de querer tomar sangre. Parecía como si con aquellos besos Ramiro le hubiera pasado un poco de sus poderes, Elizabet sabia que no era completamente un vampiro ya que también se sentía normal, y no tenia necesidad de irse escapando. Su familia la veía rara, sentía que algo habia cambiado, en la escuela los profesores también notaban algo raro en ella, como una forma mas ágil y mas rápida de pensar que los demás.
Al otro día luego de la fiesta al encontrarse con mateo en la escuela, le pregunto por que se habia marchado que si era que no le gustara, que se lo digiera y el entendería,  ella no podía decirle la verdad así que le dijo que le perdonara, que si le parecía lindo, pero que no podían estar juntos mientras le daba un beso en la mejilla y se iba del colegio.
Todo habia empezado, con que los padres de Ramiro le habían pedido que le trajera a una mortal virgen,  la primera que habia visto habia sido Elizabet podía darse cuenta que cumplía los requisitos con tan solo sentir el olor de su piel, pero desde el primer momento se  habia enamorado de sus ojos tan claros de su pelo rubio, su piel tan suave, y no habia podido cumplir con su promesa, era por eso, que siempre se escapaba, y no habia podido morderla llegado el momento. Pero el tiempo se habia agotado y los padres de Ramiro le habían pedido que si no le traía a la mortal, irían a buscarla ellos sin importarles nada, solo tenia hasta que se hicieran las 12. ese día la fue a encontrar como siempre, y fueron a dar vueltas, ahora los dos con sus poderes, pasaron una de las mejores días, pero ya se habia echo demasiado tarde faltaban tan solo  5 minutos para que se hicieran las 12, y Elizabet, solo esperaba contra el tronco del árbol que Ramiro la besara, el no podía permitir que se la llevaran así que la tomo de los brazos la miro a los ojos la beso rápidamente , y le pidió que se alejara de allí rápidamente, y que no volteara hacia atrás, ella pedía explicaciones pero el no tenia tiempo de dárselas, así que tan solo le obligo a correr diciéndole que el ya no sentía nada por ella, que debía terminar, Elizabet se dio la vuelta y media entre llorando se lanzo a correr entre los árboles, pero era ya demasiado tarde, los vampiros sedientos y cazadores se lanzaron tras la búsqueda de ella, y aunque ella también tenia poderes jamás hubiese podido escapar de la garra de aquellos vampiros,  uno logro alcanzarla tomándola del brazo al darse vuelta noto algo que le resulto peculiar, aquel hombre, tenia los ojos rojos, como cebado pero detrás de esos ojos habia algo parecido en su tío Camiro. La tomo del brazo y se la dio al padre de Ramiro, que era el jefe de aquel clan, la ataron a una especie de piedra, y mientras el jefe le clavaba los colmillos en el cuello, otro vampiro le clavaba una daga en el pecho para que no pudiera vivir, y así tomar su espíritu, todo les habia salido bien a los vampiros, Ramiro se acerco para ver si respiraba, si por alguna casualidad habia sobrevivido pero para su desgracia, estaba pálida, muerta, pero entonces se le ocurrió una idea , no se iba a quedar de brazos cruzados, mientras todo sucedía, así que raspo un poco de su cuello, para que sangrara, y guardo una gota de sangre en un frasco, y se lanzo en el viaje hacia la fuente que se encontraba en el templo de la ciudad de ellos.
Mientras que la familia de Elizabet encontró el cuerpo en el bosque y se lamentaba su muerte, no podían, entender, ni aceptar, por que le habia pasado a ella, pero sabia que era obra de vampiros, tenia clavado en su cuello dos colmillos, y eso era una marca reconocible para todos…
IV
Ramiro un poco enfurecido, subió entre las ramas de los árboles hasta llegar a la ciudad de los vampiros ya que quedaba arriba de aquellos árboles del bosque, escondido de todos los mortales solo los que sabrían donde quedaba, y los que pudieran volar llegarían, el sabia que habia un forma de resucitar a las personas, a si que fue hacia el templo, que la única forma de ir, era caminando, subiendo una montaña, muy alta, allí en la ciudad de los vampiros estaban prohibido usar los poderes, pero no podía tardarse mucho sabia, que una catástrofe se avecinaba,  pero no habia forma de subir que no sea escalando, subió durante varias horas, ya estaba demasiado cansado y a punto de rendirse cuando por fin pudo tocar una superficie plana, que era donde se encontraba el templo, entro en el, pero visiones le atormentaron tirandolo al suelo, que le hicieron dar dolor de cabeza, tomo el frasco con la gota de sangre, y la tiro a lo que parecía ser un circulo de nieve,  el cual al caer la gota se lleno todo de rojo como si fuera sangre, y luego volvió a convertirse en nieve pero allí habia aparecido el cuerpo de Elizabet tirada sobre la nieve, con mas color, y parecía como si respirara, la beso, y la despertó, aunque aun, no terminaba de entender , Ramiro dijo que debían irse lejos, que le contaría todo en el camino.
Mientras Elizabet y Ramiro escapaban bastante lejos del centro de la ciudad, el tío de Elizabet habia reunido un grupo de personas, entre ellos familiares de ella, amigos de el y otras personas, que querían encontrar a los a vampiros, escalar aquel árbol que parecía interminable hasta que llego a la cima, asomo la cabeza, y vio aquella ciudad tan grande, espero a que no halla movimientos, lanzo una cuerda y fueron subiendo uno, por uno, estaban armados llevaban consigo armas, y estaban dispuestos a vengarse. Mientra por otra parte Ramiro, le contaba a Elizabet que era verdad que los únicos descendientes de los vampiros era su padre, el, y ella, que si por alguna razón llegaban a morir, nunca mas existirían los vampiros, que la habia llevado lejos, por que habia tenido una visión en que mortales subían aquí, y comenzaba una guerra. Y eso fue lo que sucedió, los vampiros rompieron las reglas al ver que muchos de sus amigos morían en manos de los mortales, y comenzaron a usar sus poderes, muchos habían muerto incluido por parte de los mortales  los padres de Elizabet, el tío Camiro, pero no habia muerto en vano, con su muerte se habia llevado al padre de Ramiro, y a su hermano gemelo, el que habia agarrado en aquella oportunidad a Elizabet, al infierno.
Mientras tanta guerra y odio sucedía a los alrededores de Elizabet, y Ramiro ellos gestaban un poco de amor, teniendo su primera vez, aunque ella estaba nerviosa, se dejaron llevar, a pesar de que sabían que todo estaba mal, los descendientes, podían quedar embarazados de tan solo hacer el amor una sola vez. Estaban felices y lejos del todo el caos, tomados de la mano , caminando, faltaban tan solo pasos para llegar al final de la ciudad y poder escapar , pero mateo aquel chico que le gustaba a Elizabet, habia subido también, y lo único que quería era encontrar a Ramiro, así que el no habia estado en la guerra tan solo habia ido para encontrar a Ramiro y matarle, cuando finalmente lo encontró estaban a punto de irse, pero grito el nombre de Elizabet para se que se detuvieran, mientras preparaba una flecha y la lanzaba, lo ultimo que vio Ramiro fue la flecha acercándose hacia su pecho, el cual lo atravesaba, Elizabet no podía aceptarlo, no podía creer que hubiera echo eso,  lloro hasta que mateo se acerco hacia el cuerpo, ella se incorporo, y le pregunto por que lo habia echo y el respondió que la amaba y era la única forma de acabar con los vampiros, ella con los ojos llorosos, tomo una de las flechas que se encontraban en la espalda de mateo, he intento clavársela en el pecho al igual que Ramiro. Al principio  le tembló el pulso, y solo se lanzo a llorar sin compasión a tratar de entender, por que le habia sucedido a ella, pero en otro impulso de ira, habría agarrado la lanza, y se la habia clavado, mientras se tiraba al piso, al derramarse la sangre de Elizabet en la nieve, todo habia acabado, y  todo lo intentado habia sido en vano, se repetiría la historia, quizás con el mismo destino, o quizás algo cambiaria.
Elizabet, tenia apenas 5 años, y su tío Camiro, siempre le contaba historias de vampiros, le decía que ellos existían, y que ella era descendiente, de uno de los mas grandes de los vampiros, y siempre se lo hacia acordar. Aunque de chiquita, lo escuchaba con atención,  no entendía, ya que aun era pequeña…

No hay comentarios:

Publicar un comentario